El microtunneling se emplea cada vez que hay que instalar tuberías o conducciones sin abrir zanjas extensas, sobre todo en zonas urbanas, cruces conflictivos o entornos ambientalmente sensibles. Sus usos más habituales son:
Aplicaciones terrestres / subterráneas
Cruces de carreteras, ferrocarriles y otras infraestructuras sin interrumpir el tráfico
Cruces subfluviales (ríos, canales, cursos de agua)
Túneles para gasoductos, oleoductos y otros servicios energéticos
Obras de drenaje para controlar avenidas o prevenir inundaciones.
Aplicaciones sumergidas
Emisarios submarinos (outfalls) de depuradoras o desaladoras
Captaciones de agua de mar para desalación o sistemas de refrigeración
Cruces en áreas marinas protegidas donde no es posible excavar a cielo abierto.
Gracias a la excavación teledirigida y a la colocación simultánea de la tubería, el microtunneling reduce plazos, mejora la seguridad y minimiza el impacto ambiental y las molestias a la población, incluso en terrenos geotécnicamente complejos.