El método Direct Pipe es una técnica especializada de instalación subterránea que permite colocar tuberías sin necesidad de llevar a cabo excavaciones a gran escala. Se basa en el empuje controlado de tuberías prefabricadas a lo largo de un trayecto determinado en el subsuelo, utilizando máquinas de pipe jacking que avanzan la tubería de forma continua y precisa.
El proceso comienza con un estudio geotécnico detallado para conocer las características del terreno y definir la ruta óptima. Luego, se realiza una pequeña abertura en la superficie para colocar el extremo inicial de la tubería. A partir de ahí, la maquinaria especializada empuja la tubería mientras se controla y ajusta su alineación mediante sistemas de sensores y control automatizado. Este monitoreo constante garantiza que la instalación se realice de manera uniforme y sin desviaciones, lo que es esencial para la integridad a largo plazo del servicio.
Una de las grandes ventajas del método Direct Pipe es que minimiza drásticamente el impacto en la superficie, evitando la necesidad de abrir grandes zanjas. Esto resulta especialmente beneficioso en áreas urbanas o en zonas con alta densidad de infraestructuras, donde las excavaciones tradicionales pueden interrumpir el tráfico y generar molestias significativas a la comunidad. Además, al requerir menos restauración del terreno, se reducen tanto los costos operativos como los tiempos de ejecución del proyecto.
El método se aplica en una amplia variedad de proyectos de infraestructura, como la instalación de redes de agua potable, alcantarillado, gas y sistemas de telecomunicaciones. También es ideal para áreas con condiciones geotécnicas complicadas o cuando existen otras infraestructuras subterráneas que podrían complicar una excavación convencional. En definitiva, Direct Pipe es una solución eficiente, rápida y sostenible, que optimiza el despliegue de infraestructuras críticas sin perturbar el entorno.